Por: Infomedio
16 de mayo de 2025
En el corazón de Villa 31, el aroma a un buen guiso caliente anuncia que María Torres, de 38 años, ya está organizando las ollas del comedor comunitario que alimenta a más de 200 personas por día. A cientos de kilómetros, en Mendoza, Laura Gómez lidera una cooperativa textil que brinda trabajo a 15 mujeres. Como ellas, miles de mujeres en Argentina protagonizan una resistencia silenciosa pero contundente, en un país donde la inflación, el desempleo y la falta de alimentos golpean con más fuerza a los sectores populares.
La pandemia de COVID-19 fue un punto de inflexión. Según datos de CEPAL, en los barrios vulnerables las mujeres encabezaron la organización de comedores, redes de contención y ollas populares, cubriendo una demanda social que el Estado no alcanzaba a resolver.
María Torres no tenía experiencia en liderazgo comunitario, pero cuando la cuarentena dejó sin ingresos a las familias de su barrio, transformó su casa en un comedor. "No podía quedarme mirando cómo los chicos pasaban hambre", recuerda. Hoy su espacio no solo da de comer, sino que ofrece talleres de alfabetización y apoyo escolar.
Con una inflación del 289% en 2024 y recortes a políticas sociales clave, las mujeres también impulsan soluciones económicas sustentables. Laura Gómez encabeza la cooperativa "Manos a la Obra", que comenzó cosiendo barbijos y hoy produce ropa y accesorios para comercios locales. "Nos da autonomía, aunque seguimos luchando con deudas y falta de apoyo", dice.
La dirigente Marina Joski (UTEP) alerta que las mujeres de la economía popular enfrentan deudas invisibles y tasas usureras. Aun así, crean ferias, redes de ahorro comunitario y cooperativas para afrontar la crisis con herramientas colectivas.
En San Isidro, la red "Mujeres en Acción" liderada por Sofía Ramírez combina un comedor con un centro de capacitación en oficios. Desde 2021, 80 mujeres fueron formadas y el 60% logró insertarse en el mercado laboral informal. "No queríamos solo sobrevivir, queríamos avanzar", afirma Sofía.
En todo el país, estas experiencias se multiplican. Mujeres que articulan con ONG, municipios y organizaciones sociales, gestionan recursos, capacitan a otras y promueven políticas públicas desde el territorio. Sin embargo, ese trabajo esencial sigue sin reconocimiento económico ni institucional.
El 2025 encuentra a Argentina en un momento crítico. La suspensión de la entrega de alimentos a comedores comunitarios por parte del Ministerio de Capital Humano generó protestas en todo el país, con mujeres al frente de la resistencia. "Sin alimentos, no cerramos. Nos organizamos para seguir", dice María desde Villa 31, donde hoy dependen de donaciones vecinales y compras colectivas.
A pesar del ajuste, las mujeres no bajan los brazos. "Sin Estado es más difícil, pero seguimos", afirma.
Las mujeres populares están redefiniendo el sentido de comunidad desde la práctica cotidiana. En tiempos donde la pobreza y la deuda parecen avanzar juntas, sus acciones marcan otro rumbo: uno basado en la solidaridad, la autogestión y la dignidad.
Desde Infomedio.info, elegimos contar estas historias porque creemos que la transformación social comienza allí, donde las mujeres resisten, se organizan y sueñan con un país más justo.
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