Hoy vos estás haciendo algo enorme,

Thiago: estás jugando, defendiendo una camiseta, poniendo el alma en cada atajada. Y eso incomoda. Porque estás donde muchos no se animaron a estar.

Queremos decirte que sí, esta sociedad está rota en muchos aspectos, y la educación atraviesa una crisis. Pero eso no significa que debamos rendirnos.

Hay un antídoto: hacernos más fuertes y abrazarnos desde cada rincón donde todavía habita la empatía.

Que cada palabra que hiere te impulse a crecer.

No porque esté bien lo que pasó, sino porque entender que el racismo y la discriminación es una enfermedad social te va a permitir enfrentarlo con otra mirada.

No se cura de un día para otro. Se trata. Se combate. Se resiste todos los días.

Muchos chicos atraviesan esto en silencio.

Pero vos hoy ponés el cuerpo y el alma por algo más grande.

No estás solo. Estamos con vos. Y queremos decirte esto:

Sabemos que fue un momento muy duro.

Que escuchar palabras cargadas de odio duele, y más cuando provienen desde la tribuna, de adultos que deberían dar el ejemplo.

Te admiramos por haber estado ahí, con coraje, con tu camiseta y tus guantes, haciendo lo que más te gusta: jugar al fútbol.

Agradecemos profundamente a quienes se pusieron del lado humano: a tus profes, a los delegados, a la gente del club rival que supo entender lo que estaba en juego.

Porque el racismo y la discriminación no se combate solo con sanciones, sino también con gestos, con palabras, con decisiones.

Querido Thiago, no te rindas!!!

Convertí este momento en una semilla. Para crecer sin miedo o vergüenza.

Vos tenés derecho a jugar, a ser feliz, a vivir sin prejuicios que no te pertenecen.

"El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal: lo que cuenta es el coraje para continuar."